domingo, 26 de julio de 2009

EL CAMINO DEL LIDERAZGO

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Iniciare diciendo que ser un “Líder Militar” es un reto de por vida. Podría mencionarles muchos ejemplos de líderes militares que han triunfado en grandes batallas, que lograron la libertad de su pueblo o que murieron en favor de su causa.
Existe un tema que pocos han abordado, sobre que sucede cuando un líder llega a un momento decisivo en su vida, y mira hacia atrás y ve que el camino que ha recorrido no fue como se lo imagino.
En el comienzo de su carrera militar, llego repleto de sueños por primera vez, así como todos los oficiales del ejército, a la escuela de formación militar; en el caso de Guatemala, la sede es la Gloriosa y Centenaria “Escuela Politécnica”, el Alma Mater Castrense.

En este lugar se forjan líderes, estoy seguro que muchos de los lectores militares recordaran su ingreso, si usted no lo es, le mencionare parte de esta etapa tan importante en la vida de un aspirante a la vida militar.
La expectación de todos al ingresar por primera vez a las instalaciones de la Escuela Politécnica es principalmente, admirar a los galonistas que esperan con ansias a los aspirantes a cadetes, ver sus uniformes, impecable y bien tallados, el reflejo del lustre en sus botas es impresionante, hebillas relucientes y sin faltar el porte militar que termina por inspirar a todos.
Durante los cuatros años de su formación, el cadete se va transformando, no solamente de un civil a un militar, sino adquiriendo conocimientos teóricos y prácticos de liderazgo, los cuales pone en práctica en el mismo centro de formación, llegando hasta tener la capacidad de liderar un pelotón.
Al concluir sus estudios, se encuentra en su carrera militar, con una mochila llena de sueños, conocimientos, una gran responsabilidad y poca experiencia en la vida. Es aquí donde se pone a prueba sus conocimientos y la madurez que como persona haya adquirido, es en esta etapa de la vida en la que el nuevo oficial decidirá su futuro, encontrará en su nueva carrera, compañeros de armas que lo seguirán inspirando, pero también encontrara quien lo desoriente o trate de atraer a formas de vida diferente a sus ideales. Llegó entonces el momento de tomar la primera decisión como un líder formado, seguirá sus principios, las ocho palabras que fueron escritas en su mente y corazón, las que por cuatro años leyó en el muro de la mística, o cederá ante el abandono, la comodidad, la mediocridad y el conformismo de muchos.
...Continuaré escribiéndole, refiriéndome a todos aquellos oficiales, que están en la medianía de su carrera militar, recordándoles los inicios y los horizontes que tenían fijados para cuando llegara el fin de su periodo de formación; Oficiales, llego el momento de analizar nuestro actuar, de renovar votos, de hacer un autoexamen sin perjuicios de los aciertos y desaciertos cometidos durante la formación de su carrera militar y para eso compartiré esta historia que me fascino...
Las Águilas viven aproximadamente 70 años, para poder llegar a esta edad, tienen que pasar por un periodo de renovación… aproximadamente a la mitad de su vida, digamos 40 años, a esta edad, las águilas tienen las garras demasiado dañadas, como para sostener a su presa, su pico es tan grande y curvado que no podría devorar su comida, sus alas con plumas viejas y pesadas, no permiten volar con la velocidad y las alturas acostumbradas. Cuando esto sucede, las águilas deben tomar una decisión, quieren morir o quieren renovarse y continuar con la segunda mitad de su vida… Luego de algunos años, el oficial tiene en su espalda fracasos profesionales, que hace pesada su vida, al igual que las pesadas plumas que impiden que el águila vuele, tiene errores que han traído sanciones que impiden que disfrute la carrera, al igual que el águila, su pico es demasiado curvado y no puede disfrutar de su comida, y porque no decirlo su andar no fue bueno y tiene sus garras, destruidas como el águila.
Pero este animal toma la decisión de renovarse y vuela con todas sus fuerzas a un peñasco, escoge un lugar donde estén las piedras mas afiladas e inicia el duro trabajo; comienza con su viejo pico a quitarse una a una todas las plumas de las alas, luego raspando las garras de sus patas y por ultimo golpeándose con todas sus fuerzas rompe su pico en las piedras. Luego de un tiempo le crecen nuevas plumas, nuevas garras y un nuevo pico, de nuevo vuelve a volar por lo más alto del cielo…
Para asimilarlo, en nuestra carrera militar, es aquí donde tenemos un momento para reflexionar, quieres volver a volar como un águila hasta el cielo, entonces reconoce y acepta lo que está haciendo pesadas tus alas, que están haciendo inútiles tus garras para retomar metas y que errores no te dejan saborear tu vida militar.
No será fácil, serán tiempos cruciales, pero es el momento de renovarte, tu liderazgo debe acentuarse y así continuar tu carrera militar tan fuerte y vigoroso como el águila.
Existen muchos militares que el inicio de su vida no ha sido el mejor, pero han sabido reconocer el momento en el cual pueden realizar el cambio, la derrota no significa que tengamos que vivir así para siempre.
Dentro de mis vivencias como militar, vienen a mi mente muchas historias que contar…pero en especial un momento que marco mi vida, con un oficial que llego a ser General, quizá muchos conocerán su historia, sucedió estando de alta en el Comando Aéreo del Norte, en Peten, llego una visita inesperada, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, algo muy extraño, pero más aún, fue solicitar hablar con todos los oficiales subalternos, y pues como en el ejército las órdenes se cumplen sin dudar o preguntar motivo, nos reunieron todos los oficiales en el comedor de oficiales.
Repentinamente apareció el General, su rostro sereno, con un porte militar impecable, recibió el parte respectivo e inmediatamente tomando una silla se sentó en una mesa, invitando a todos los oficiales a acompañarlo, y pidió a los oficiales superiores que se retiraran.
En mi mente habían ideas encontradas, primero me mataba la curiosidad por saber que pretendía, pero por otra era una situación para nada común.
Allí estábamos doce oficiales subalternos, en su mayoría subtenientes, yo era el de mayor grado (Capitán Segundo); alrededor de una mesa, sentados con el Jefe del Estado Mayor, con un silencio respetuoso todos escuchamos atentamente las palabras con las que iniciaba su intervención, saludándonos amablemente nos preguntaba de donde éramos, a mi como es costumbre, por mi especialidad me pregunto si era graduado de la Escuela Politécnica, ya que los oficiales de Policía Militar se iniciaron a graduar en la Escuela Politécnica a partir del año 1991, anteriormente todos se graduaban en Chile o España, si era casado, etc. Y así paso por cada uno de los oficiales.
Después continuo diciendo que contaría una historia real, que el sabia de un subteniente, que a sus pocos meses de graduado, fue nombrado para un destacamento en el departamento del Petén, en su mayoría los destacamentos no tienen agua potable, ya que los lugares son alejados de las poblaciones, por esa razón tenia que llevar a sus soldados a bañar a al río; en esta oportunidad no tomo no tomo las medidas de seguridad acostumbradas, que son preguntar quienes no saben nadar y nombrar a alguien que los supervise e indique sobre no intentar meterse muy adentro, porque las aguas de los ríos son muy traicioneras, lamentablemente uno de sus soldados fue arrastrado por las aguas del rio, desapareciendo de la vista de los demás, y a pesar de los esfuerzos por encontrarlo, lo localizaron casi medio día después.
Lo importante de esta historia no es que el subteniente recibió una sanción disciplinaria y fue postergado, ese error lo pagaría de por vida en su carrera; sino que logro captar la atención de todos alrededor de la mesa, pienso que cada uno de los oficiales se ponía en los pies del subteniente, mientras hablaba el General, en mi mente agradecí a Dios que en el tiempo que impartía el curso Tigre en La Pólvora, Peten, muchas veces lleve al personal al rio a bañarse y gracias a Dios nunca me sucedido algo similar.
El oficial tenía dos caminos, pensar que su carrera había terminado y lanzarse a ser uno más de las estadísticas, o demostrar que en realidad había sido una mala jugada de la vida, situación que sería juzgada solamente por él y por el tiempo. Su decisión fue seguir adelante, prometerse que nunca más le pasaría algo similar, proponiéndose ser el mejor en todo lo que realizara, e iniciar una carrera llena de sacrificios, donde cada ascenso que recibiera le recordaría aquel día trágico, mas sin embargo, el triunfo obtenido, lo haría menos doloroso.
Recuerdo que en medio de la historia nos pregunto sobre que creíamos que había sido el resultado del oficial de esta historia, mi mente por momentos se puso en blanco, no podía saber cómo terminaría la historia, pensar que quizá está de baja, cualquier cosa pudo haber sucedido, no tenia ideas claras, por lo mismo preferí no hablar, solamente me interesaba el final de la historia, luego de algunas respuestas la mayoría sin sentido, el General dijo: Bueno, la perseverancia de un oficial lo llevo a hacer las cosas de la única forma que se deberían de hacer, bien, cumpliendo las normas, guardándose de no aceptar sobornos que nos compren, el oficial de esta historia era él mismo, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional.
Mi mente se lleno de una gran admiración, al saber que la historia que nos compartía era su propio testimonio de vida.
Luego compartió con nosotros lo importante que es guardar nuestra carrera, porque al mantener y actuar de acuerdo nuestros principios, creemos que aparentemente los demás no se dan cuenta, pero la realidad es que todo mundo nos observa y saben que tipo de personas somos, según lo demuestren nuestros actos, nuestras palabras.
Comparto con ustedes esta historia porque fehacientemente creo que Dios nos da una segunda oportunidad a todos.
Ahora me referiré a otro líder, alguien que no tenia estudio, este fue un simple pescador, pero que cuando vio acercarse al maestro inmediatamente lo siguió, hablo del Apóstol Pedro, durante los tres años y medio de ministerio del señor Jesús en la tierra, fue enseñado, discipulado, por el máximo líder que ha tenido este mundo, pero el apóstol Pedro aún no había sacado al líder que llevaba dentro, entonces cuando el maestro fue aprendido él lo quiso defender y con una espada le corto la oreja a un soldado y el maestro le dijo: “Guarda tu espada porque el que a espada vive a espada muere”, sorpresa para Pedro, al ver a su maestro preso sin poderse defender y ver los demás discípulos corriendo, no tuvo mas que echarse a correr también, pero inmediatamente, se dio cuenta de lo que hacia e inicio a seguir al maestro de lejos, cuál fue su sorpresa que lo reconocían y cuando le preguntaban, “tu estabas con Jesús” el decía “no, yo ni lo conozco”, así fue pero a la tercera vez, el escucho cantar a un gallo, entonces recordó las palabras del Maestro, cuando le dijo “antes de que el gallo cante, tú me habrás negado tres veces”. Traigo a colación esta historia, ya que luego que el maestro se fué, el apóstol Pedro tomo su lugar y fue el quien inició la iglesia.
La moraleja que quiero dejarles, o lo que podemos extraer de estas dos historias, es:
Que simplemente todos podemos cometer errores pero eso no implica que tengamos que vivir de por vida con esa carga en nuestras espaldas.
Que mientras el maestro esta con nosotros estamos aprendiendo… pero el verdadero LIDER se muestra cuando estamos solos, de nada sirve demostrar liderazgo mientras nuestros jefes están, sino dejar que aflore el LIDER cuando estamos solos, cuando vamos a dar instrucción a nuestros soldados y el oficial de operaciones no está pasando revista.
Finalmente solo quiero exhortar a todos los lideres que lean este articulo, que no se dejen amedrentar con las palabras del derrotado “si a este yo lo conozco, este todo lo que ha hecho, lo hace mal y ahora quiere cambiar”, porque estas palabras solo buscan destruir, confundir y derrotar al líder en formación. Mejor recordemos lo que dice la Biblia: “Siete veces cae el Justo y siete veces se levanta”.


Ahora es el día que debes de iniciar, el mañana no existe.

Capitán 1ro. De Policía Militar
Henry Estuardo Vásquez Salazar
CC 7484

1 comentario:

  1. Exelente articulo, lo felicito, es eso lo que quiero que hagan en su carrera, si ud. inculca esto a sus subalternos, estará logrando grandes cambios en la vida de ellos, beneficiando a todo el entorno de la sociedad, especialmente a la familia y cumpliendo en ese orden los mandantos de Dios, patria y Ejército.

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